lunes, 28 de febrero de 2011

¡Jo, con la niñita!ya podría haberse callado¿ no?

Anoche le contaba a mi hijita Nina un cuento infantil muy famoso, el de Hansel y Gretel de los hermanos Grimm.


En el momento más tenebroso de la aventura, los niños descubren que unos pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan, un sistema muy simple que los hermanitos habían ideado para regresar a casa. Hansel y Gretel se descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer.


Mi hija me dice, justo en ese punto de clímax narrativo: 'No importa. Que lo llamen al papá por el celular'.


Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la vida ajena a la telefonía inalámbrica. Y al mismo tiempo descubrí qué espantosa resultaría la literatura -toda ella, en general- si el teléfono móvil hubiera existido siempre, como cree mi hija de cuatro años.


Cuántos clásicos habrían perdido su nudo dramático, cuántas tramas hubieran muerto
antes de nacer, y sobre todo qué fácil se habrían solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de ficción.


Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que se le ocurra. Desde la Odisea hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar, Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de Pascual Duarte. No importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la geografía.


Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica que conozca al dedillo, con introducción, con nudo y con desenlace.
¿Ya está?
Muy bien. Ahora ponga un celular en el bolsillo del protagonista. No un viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un teléfono como los que existen hoy: con cobertura, con conexión a correo electrónico y Chat, con saldo para enviar mensajes de texto y con la posibilidad de realizar llamadas internacionales cuatribanda.


¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora que los personajes pueden llamarse desde cualquier sitio, ahora que tienen la opción de chatear, generar videoconferencias y enviarse mensajes de texto? ¿Verdad que no funciona un carajo?.


Nina, sin darse cuenta, me abrió anoche la puerta a una teoría espeluznante: la telefonía inalámbrica va a hacer añicos las viejas historias que narremos, las convertirá en anécdotas tecnológicas de calidad menor.


Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con incertidumbre a que el guerrero Ulises regrese del combate.

Con un móvil en la canasta, Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la llegada del leñador no es necesaria.


Con telefonito, el Coronel sí tiene quién le escriba algún mensaje, aunque fuese spam.


Y Tom Sawyer no se pierde en el Missisipi, gracias al servicio de localización de personas de Telefónica.


Y el chanchito de la casa de madera le avisa a su hermano que el lobo está yendo para allí.


Y Gepetto recibe una alerta de la escuela, avisando que Pinocho no llegó por la mañana.


Un enorme porcentaje de las historias escritas (o cantadas, o representadas) en los veinte siglos que anteceden al actual, han tenido como principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la incomunicación. Han podido existir gracias a la ausencia de telefonía móvil.


Ninguna historia de amor, por ejemplo, habría sido trágica o complicada, si los amantes esquivos hubieran tenido un teléfono en el bolsillo de la camisa.


La historia romántica por excelencia (Romeo y Julieta, de Shakespeare) basa toda su tensión dramática final en una incomunicación fortuita: la amante finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces ella, al despertar, se suicida de verdad. (Perdón por el espoiler).


Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensajito de texto a Romeo en el capítulo seis:
M HGO LA MUERTA,
PERO NO TOY MUERTA.
NO T PRCUPES NI
HGAS IDIOTCS. BSO.


Y todo el grandísimo problemón dramático de los capítulos siguientes se habría evaporado. Las últimas cuarenta páginas de la obra no tendrían gollete, no se hubieran escrito nunca, si en la Verona del siglo catorce hubiera existido la promoción 'Banda ancha móvil' de Movistar.


Muchas obras importantes, además, habrían tenido que cambiar su nombre por otros más adecuados.


La tecnología, por ejemplo, habría desterrado por completo la soledad en Aracataca y entonces la novela de García Márquez se llamaría 'Cien años sin conexión': narraría las aventuras de una familia en donde todos tienen el mismo nick (buendia23, a.buendia,
aureliano_goodmornig) pero a nadie le funciona el Messenger.


La famosa novela de James M. Cain -'El cartero llama dos veces'- escrita en 1934 y llevada más tarde al cine, se llamaría 'El gmail me duplica los correos entrantes' y versaría sobre un marido cornudo que descubre (leyendo el historial de chat de su esposa) el romance de la joven adúltera con un forastero de malvivir.


Samuel Beckett habría tenido que cambiar el nombre de su famosa tragicomedia en dos actos por un título más acorde a los avances técnicos. Por ejemplo, 'Godot tiene el teléfono apagado o está fuera del área de cobertura', la historia de dos hombres que esperan, en un páramo, la llegada de un tercero que no aparece nunca o que se quedó sin saldo.


En la obra 'El jotapegé de Dorian Grey', Oscar Wilde contaría la historia de un joven que se mantiene siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta Images de su teléfono una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder definición.


La bruja del clásico Blancanieves no consultaría todas las noches al espejo sobre 'quién es la mujer más bella del mundo', porque el coste por llamada del oráculo sería de 1,90 la conexión y 0,60 el minuto; se contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes. Y al final se cansaría.


También nosotros nos cansaríamos, nos aburriríamos, con estas historias de solución automática. Todas las intrigas, los secretos y los destiempos de la literatura (los grandes obstáculos que siempre generaron las grandes tramas) fracasarían en la era de la telefonía móvil y del wifi.


Todo ese maravilloso cine romántico en el que, al final, el muchacho corre como loco por la ciudad, a contra reloj, porque su amada está a punto de tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro líneas.


Ya no hay ese apuro cursi, ese remordimiento, aquella explicación que nunca llega; no hay que detener a los aviones ni cruzar los mares. No hay que dejar bolitas de pan en el bosque para recordar el camino de regreso a casa. La telefonía inalámbrica -vino a decirme anoche la Nina, sin querer- nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles.


Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real, no estaremos privándonos de aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la vida es aquí y ahora?


No. Le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve desde el sofá.
Cuatro líneas con mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y cruzaremos los dedos para que ella, la mujer amada, no tenga su telefonito en modo vibrador.


¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la aventura, si algo siempre nos va a interrumpir la incertidumbre? Una llamada a tiempo, un mensaje binario, una alarma.


Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el duque está yendo allí para matarte, ojo que la manzana está envenenada, no vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a la muchacha se despierta y te ama. Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido las migas de pan.


Nuestras tramas están perdiendo el brillo, las escritas, las vividas, incluso las imaginadas- porque nos hemos convertido en héroes perezosos.






por Hernán Casciari


**(Hernán Casciari es el autor de la obra


"Mas respeto que soy tu madre"


que interpreta actualmente con tanto éxito Antonio Gasalla.)


Y yo sigo soñando con el amado que después de una triste despedida recorre la isla de una punta a la otra para abrazarme y pedirme que no me vaya porque soy el amor de su vida...sniff, sniff.


sábado, 26 de febrero de 2011

Hoy he aprendido que...


Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad…


El mundo está loco.. Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…


- Hacer el amor, despeina.
- Reírte a carcajadas, despeina.
- Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
- Quitarte la ropa, despeina.
- Besar a la persona que amas, despeina.
- Jugar, despeina.
- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.


Así que como siempre cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado…


Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida.


Es ley de la vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.


Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia:


Péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, camina derechita, ponte seria… Y quizá debería seguir las instrucciones pero ¿cuando me van a dar la orden de ser feliz? Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser. Por eso mi recomendación a todas las mujeres y hombres: Entrégate, Come rico, Besa, Abraza, Haz el amor, Enamórate, Relájate, Viaja, Salta, Levántate temprano, Corre, Vuela, Canta, Ponte linda (o), Ponte cómoda (o), Admira el paisaje, Disfruta, y sobre todo, deja que la vida te despeine!!!!


Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.


Autor desconocido

domingo, 20 de febrero de 2011

sábado, 19 de febrero de 2011

Disfruta con estas asombrosas imágenes

Karlovy vary

Adivina de qué fruta se trata

Los hijos y los nietos - Leopoldo Abadía

Leopoldo Abadía (Zaragoza, 1933) es un profesor y escritor español conocido por su análisis de la crisis económica actual
Leopoldo Abadía (autor de " La crisis Ninja ") dice en su artículo:


Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos.
Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que "Dios les coja confesados".
Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación.
En muchas de mis conferencias, se levantaba una señora (esto es pregunta de señoras) y decía esa frase que me a mí me hace tanta gracia: "qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?"
Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya están crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir "qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?"
Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido:
"y a mí, qué me importa?!"
Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco.
Yo era hijo único. Ahora, cuando me reuno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.
Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron para que fuera feliz. Y me exigieron mucho.
Pero qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:
1. La guerra civil española
2. La segunda guerra mundial
3. Las dos bombas atómicas
4. Corea
5. Vietnam
6. Los Balcanes
7. Afganistán
8. Irak
9. Internet
10. La globalización
Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro.
Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo que me iban a dejar? Si no se lo podían imaginar!
Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar darme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía.
Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.
A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales. Lo que por ahí se llama "buena gente".
Porque si son buena gente harán un mundo bueno.
Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena formación:
que sepan distinguir el bien del mal,
que no digan que todo vale,
que piensen en los demás,
que sean generosos. . . .
En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.
Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me dijo que le preocupaba mucho qué hijos íbamos a dejar a este mundo.
A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar. Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es un 97% suya y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas.
Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas.
Pero lo fundamental es lo otro: los padres. Ya sé que todos tienen mucho trabajo,
que las cosas ya no son como antes,
que el padre y la madre llegan cansados a casa,
que mientras llegan, los hijos ven la tele basura, que lo de la libertad es lo que se lleva,
que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado.
Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.
Leopoldo Abadía
P. D .
1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.
2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.
3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles.

domingo, 13 de febrero de 2011

El amante

..El cielo se estaba llenando , así que San Pedro sacó un Decreto:

'..Para entrar al cielo la persona debe haber tenido un día terrible en el momento de su muerte.


..El decreto entró en vigor inmediatamente.


..Entonces, cuando llegó la 1ª persona, San Pedro le preguntó:


..- ¿Como fue todo, como moriste?


Este le contestó:


..- Ya hacía mucho tiempo que yo sospechaba que mi mujer me estaba engañando...


Entonces, decidí volver a mi casa más temprano y agarrarla in fraganti.


Al llegar a mi apartamento, que queda en el 25º piso,


mi mujer estaba enrollada en una toalla, muy nerviosa, y actuando de forma sospechosa.


Empecé a buscar por todos los rincones de la casa,


debajo de la cama, adentro del baño, etc. pero no encontré a nadie.


Ya me había arrepentido de buscar, cuando miré hacia la terraza y vi al sinvergüenza colgando de la baranda.
Como loco, cogí a la escoba y empecé a pegarle en las manos, hasta que se soltó y cayó desde el 25º piso.
Pero por desgracia, cayó sobre un toldo que amortiguó el golpe y no se murió.
Me dió tanto coraje que agarré lo más pesado que encontré en la casa, el frigorífico, y se lo arrojé encima.


Sólo que de tanta emoción me dió un infarto y morí.
- ¡Realmente tu día fue terrible! dijo San Pedro: ¡Puedes entrar!


Cinco minutos después llegó el 2º candidato a la entrada del cielo.
Y San Pedro le preguntó:
- ¿Como estuvo todo, como moriste?
- Bueno, yo estaba haciendo mis ejercicios diarios en la terraza de mi apartamento que está en el 26º piso, cuando me resbalé y caí.
Por buena suerte, pude agarrarme de la baranda del apartamento de abajo (piso 25º).
Ya casi me levantaba, cuando apareció una mujer enrollada en una toalla y un loco empezó a golpearme las manos con el palo de una escoba, entonces me caí.
Pero como un toldo amortiguó mi caída, no morí.
Y estaba intentando levantarme todo dolorido, cuando el mismo loco tiró un frigorífico sobre mí.
San Pedro empezó a reír y dijo:
- Entiendo. ¡Puedes entrar!


Después de otros cinco minutos, llegó el 3º candidato. Y como a los otros, San Pedro le preguntó:
- ¿Como estuvo todo, como moriste?
Y el muchacho respondió medio atontado:
- Oiga, usted no lo va a creer... pero yo estaba desnudo dentro de un frigorífico, y hasta ahora no sé lo que pasó...

Elvis and Martina McBride (juntos a pesar del tiempo)

El murió en el 77, ella nació en el 66, lee antes de ver el video.


Independientemente de que el vídeo es estupendo, resulta difícil creer que se trata de un montaje.
La aparición de la cantante está perfecta.
La reacción del público cuando ella entra en escena, también; o momento en que ella canta y Elvis sólo toca, para qué hablar.
Es sólo un montaje, !y quien lo hizo es excelente!
Ver y sacar conclusiones....
Este encuentro (digital) entre Elvis y Martina, tiene 40 años de diferencia en el tiempo de cada artista.
O sea, Elvis estaba en 1968 y Martina en 2008.
Es una edición hecha por ordenador.
!VIVA LA TECNOLOGÍA!




Sabías que el vinagre...?

Tiene más de 1000 usos y casi todas las veces es más efectivo que cualquier producto comercial y mucho más barato. Sabías que el vinagre mata los piojos y también puede curar la caspa? Puedes usar productos tóxicos y caros o puedes usar vinagre!



a.. Repelente de hormigas. Con un rociador o spray, rociar los marcos de las puertas, ventanas y cualquier camino de hormigas que conozcas.

b.. Contra los gatos . Tirar un chorro de vinagre hará que ningún gato se acerque a esa zona.

c.. Pulgas en la alfombra! Si creemos que tenemos pulgas en nuestar alfombra, poner un cuenco pequeño con vinagre sobre ella durante la noche, al otro día encontraremos el cuenco con pulgas muertas.


d.. Pulgas en Mascotas. Si bañamos a nuestra mascota con una solución mitad agua y mitad vinagre no quedará ni una pulga viva!

e.. Pulgas en Mascotas 2. El vinagre tambien actúa de adentro hacia afuera. Diluir una pequeña cantidad de vinagre de manzana en el agua de la mascota provocará que nunca más se le acerque ninguna pulga.


f.. Hielo en el parabrisas. Rociar los vidirios del coche con una solución de 1 parte de agua y 3 de vinagre y al otro día ninguno tendrá escarcha o hielo.


g.. Óxido. Para limpiar el óxido de herramientas y tornillos remojar en vinagre durante la noche.

h.. Curar "Pie de Atleta". Sumergir los pies en mitad agua y mitad vinagre o pasar un isopo con esta solución por la parte afectada (evitar las heridas) y luego mantenerlos lo más seco posible.

i.. Controlar la caspa. Lavar el cabello con media parte de agua y media parte de vinagre antes del acondicionador.

j.. Quitar verrugas. Aplicar una loción mitad vinagre de manzana y mitad glicerina todos los días hasta que las verrugas desaparezcan.

k.. Manchas de Transpiración. Frotar el área con vinagre blanco y luego lavar normalmente.

l.. Destapar cañerías. Tira un puñado de bicarbonato y luego media taza de vinagre. En unos minutos enjuagar con agua caliente.

Con estos datos podemos ahorrar MUCHO dinero en productos químicos y evitamos la contaminación.

Playa de Las Canteras ( Isla de Gran Canaria)