viernes, 8 de agosto de 2008

¡Cómo cuesta ser un angelito!


Una anciana muere y llega al Cielo.

En las puertas del mismo se encuentra con San Pedro, y se ponen a conversar.
De repente, escucha unos gritos espeluznantes.

-No te preocupes por eso -le dice San Pedro-. Es sólo que le están haciendo los hoyos en la espalda a alguien para poder ponerle las alas.

La viejecita se pone un poco nerviosa con ésto, pero continúa conversando.

Diez minutos más tarde, se escuchan nuevos y escalofriantes gritos.

-¡¡¡Pero, Dios mío!!! -exclama la anciana- ¿Y ahora qué está sucediendo?

-No hay nada de qué preocuparse -le contesta San Pedro-. Lo que pasa es que están haciendo las perforaciones que se necesitan para instalar las aureolas.

-¡Ah, no, eso sí que no! -dice la viejecita- ¡No soy capaz de resistir todo ésto! Mejor me voy al infierno.

-¡Pero no puedes hacer eso! -le dice el Portero celestial- ¡No te puedes ir al infierno! ¡Allí abusarán de ti y te violarán!

-¡¡¡No importa, para eso ya tengo los hoyos hechos!!!

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